lunes, 6 de diciembre de 2010

GRECIA

MITO DE LA CAVERNA

La Alegoría de la Caverna o también conocido como el Mito de la Caverna, se acerca más a la alegoría, porque  es una figura literaria o tema artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas humanas, animales o de objetos cotidianos. 
Ésta alegoría, es la más célebre de la historia de la filosofía, a través de ésta se explica las partes más importantes e interesantes del pensamiento platónico. 

Platón, el más creativo e influyente de los discípulos de Sócrates, escribió diálogos, en los que frecuentemente utiliza la figura de Sócrates para exponer su propia filosofía llena de adornos. En La República, Platón sintetiza sus puntos de vista en una imagen de humanidad ignorante, atrapada en las profundidades y ni siquiera consciente de sus propia perspectiva limitada. El individuo raro escapa de las limitaciones de esa cueva y, a través de un largo, tortuoso recorrido intelectual, descubre un dominio superior, una realidad verdadera, con una lucidez final, casi mística del Bien como el origen de cualquier cosa existente. Esa persona es entonces la mejor equipada para gobernar en la sociedad, pues tiene un conocimiento de que en última instancia es más valioso en la vida y no sólo un conocimiento de técnicas; pero esa persona será frecuentemente incomprendida por aquellos tipos ordinarios dentro de la caverna que no han compartido la penetración intelectual.

En el Mito de la Caverna, Platón realiza una explicación metafórica donde se usa una expresión con un significado distinto al habitual de la situación en que se encuentra el ser humano respecto del conocimiento. Él explica cómo por medio del conocimiento podemos comprender la existencia de dos mundos, estos son:
  • El mundo sensible, que lo conocemos gracias a los sentidos.
  • El mundo inteligente, que lo alcanzamos solamente mediante el uso de la razón.

 

En su Mito de la Caverna Platón hace una dura crítica a las imágenes o sombras de los objetos y seres naturales o fabricados y a estos mismos dando a entender que cualquier conocimiento sensible u opinión (Doxa) nos aleja del auténtico conocimiento, es decir, de las Ideas. 
Este tipo de conocimiento, cuyos resultados no son más que meras sombras de la verdad, podemos adquirirlo mediante una experiencia directa o mediante los medios de comunicación; pero en ambos casos y mientras continuemos creyendo que la realidad se reduce a lo sensible y representable, permaneceremos en el interior de la caverna, en un mundo de sombras ilusorio. Es decir, las sombras que podemos identificar con aquellas imágenes que se nos muestran en las pantallas televisivas, en el cine o en los ordenadores; sí que son reales ontológicamente hablando, pero el estado epistemológico que nos proporcionan no es un conocimiento sobre la realidad profunda.

Platón describió en su alegoría de la caverna un espacio cavernoso, en el cual se encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento por cadenas que les sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo y, seguidamente y por orden de cercanía respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.
 


MITOLOGÍA DE SÍSIFO

El mito de Sísifo es un ensayo filosófico de Albert Camus, originalmente publicado en francés en 1942 Le Mythe de Sisyphe. 

No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, sino que apura el recurso hacedero. (Píndaro).

En la mitología griega, Sísifo fue fundador y rey de Éfira (nombre antiguo de Corinto). Era hijo de Eolo y Enarete y marido de Mérope. Se cree que fue el padre de Odiseo con Anticlea, antes de que ésta se casase con su último marido, Laertes.
Fue promotor de la navegación y el comercio, pero también avaricioso y mentiroso. Recurrió a medios ilícitos, entre los que se contaba el asesinato de viajeros y caminantes, para incrementar su riqueza. Desde los tiempos de Homero, Sísifo tuvo fama de ser el más astuto de los hombres.

En el mito, Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre moderno, que consume su vida en fábricas y oficinas sórdidas y deshumanizadas.
De esta forma planea la filosofía del absurdo, que mantiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de otras personas. Siendo el mundo tan insignificante, Camus pregunta, ¿qué alternativa hay al suicidio? El ensayo se inicia: No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.


Sísifo fue un personaje muy astuto, muchas veces hizo enfadar a los dioses, por lo que ellos le castigaron. Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca gigante hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.
Si se ha de creer a Homero, Sísifo era el más sabio y prudente de los mortales. No obstante, según otra tradición, se inclinaba al oficio de bandido. Difieren las opiniones sobre los motivos que le convirtieron en un trabajador inútil en los infiernos. Se le reprocha, ante todo, alguna ligereza con los dioses. Reveló sus secretos. Egina, hija de Asopo, fue raptada por Júpiter. Al padre le asombró esa desaparición y se quejó a Sísifo. Éste, que conocía el rapto, se ofreció a informar sobre él a Asopo con la condición de que diese agua a la ciudadela de Corinto. Prefirió la bendición del agua a los rayos celestes. 


Por ello le castigaron enviándole al infierno. Homero nos cuenta también que Sísifo había encadenado a la Muerte. Plutón no pudo soportar el espectáculo de su imperio desierto y silencioso. Envió al dios de la guerra, quien liberó a la Muerte de manos de su vencedor. Se dice también que Sísifo, cuando estaba a punto de morir, quiso imprudentemente poner a prueba el amor de su esposa. le ordenó que arrojara su cuerpo sin sepultura en medio de la plaza pública. Sísifo se encontró en los infiernos y allí irritado por una obediencia tan contraria al amor humano, obtuvo de Plutón el permiso para volver a la tierra con objeto de castigar a su esposa. Pero cuando volvió a ver este mundo, a gustar del agua y el sol, de las piedras cálidas y el mar, ya no quiso volver a la sombra infernal.  

Los llamamientos, las iras y las advertencias no sirvieron para nada. Vivió muchos años más ante la curva del golfo, la mar brillante y las sonrisas de la tierra. Fue necesario un decreto de los dioses. Mercurio bajó a la tierra a coger al audaz por la fuerza, le apartó de sus goces y le llevó por la fuerza a los infiernos, donde estaba ya preparada su roca. Se ha comprendido ya que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es en tanto por sus pasiones como por su tormento. Su desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su apasionamiento por la vida le valieron ese suplicio indecible en el que todo el ser dedica a no acabar nada. Es el precio que hay que pagar por las pasiones de esta tierra. no se nos dice nada sobre Sísifo en los infiernos. los mitos están hechos para que la imaginación los anime. Con respecto a éste, lo único que se ve es todo el esfuerzo de un cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a subir una pendiente cien veces recorrida; se ve el rostro crispado, la mejilla pegada a la piedra, la ayuda de un hombro que recibe la masa cubierta de arcilla, de un pie que la calza, la tensión de los brazos, la seguridad enteramente humana de dos manos llenas de tierra. 
Al final de ese largo esfuerzo, medido por el espacio sin cielo y el tiempo sin profundidad, se alcanza la meta. Sísifo ve entonces como la piedra desciende en algunos instantes hacia ese mundo inferior desde el que habrá de volverla a subir hacia las cimas, y baja de nuevo a la llanura. Sísifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. Un rostro que sufre tan cerca de las piedras se convierte prácticamente en piedra.

En mi opinión, la enseñanza que nos deja el mito de Sísifo es muy clara, muchas veces realizamos actos ambiciosos, donde no nos importan las consecuencias, pero que en algún momento recibiremos cierto castigo donde nuestro trabajo será en vano e inútil.


¿Qué es el Arte?

PLATÓN:


Según Platón,el arte es una imitación, el artista copia lo que percibe que a la vez es una imitación de la Forma verdadera. De manera que un artista está alejado dos veces de la Verdad.
Platón valoraba las obras artísticas del hombre, como las pinturas y las esculturas, pero su interés por la Verdad lo llevaba a menospreciar el trabajo artístico.
A pesar de este concepto sobre el arte, Platón veía con buenos ojos que el Estado diera lugar al arte no solo para educar sino también para el sano esparcimiento.
Un buen crítico sería, para este filósofo, aquel que tiene conocimiento de la Verdad para poder evaluar con justicia si esa imitación es fiel a ella, más que prestar atención a la calidad de su ejecución, o a los sonidos.
Una obra artística revela la imaginación creadora de un artista, en cuanto a que es imitación de la Verdad, para conmover emocionalmente al público.
Platón
A través de sus diálogos logra expresar su concepción sobre lo bello y el arte; en este sentido la belleza adquiere para el filósofo una importancia fundamental al trascenderla al nivel metafísico planteado en su teoría sobre el mundo de las ideas. En este orden, la belleza está asociada en la jerarquía de las ideas como la manifestación resplandeciente de la causa absoluta que es el Bien Supremo del cual nace la inteligencia y la realidad. El arte por el contrario es considerado según su naturaleza, como una representación apariencial -imitación o mímesis- en segundo grado del mundo fenoménico -sensible- el cual a su vez, es imitación del mundo ideal o formas trascendentes. Se establecen de esta manera, tres realidades de diferente orden como son la realidad ideal, la sensible y la artística. 

ARISTÓTELES:



Aristóteles establece una diferencia entre lo contingente (o que puede ser de otra manera) y lo necesario (lo universal, que no puede ser de otra manera). Entre lo que es contingente diferencia el objeto producido y la acción que lo produce. La producción es objeto del arte y un modo de ser (virtud) racional productivo, es decir, a través del arte siempre se produce algo; mientras que la acción es objeto de la prudencia y otro modo de ser (también virtud) racional práctico, ya que te ayuda en tu vida diaria. 
Pero la definición de arte se completa de esta manera: “modo de ser productivo acompañado de razón verdadera”. Lo que viene a decir Aristóteles con esto es que todo el mundo produce, pero no todos tienen arte y aquí es donde se puede apreciar su visión teleológica de la Naturaleza: todo en ella tiende a la perfección; algo producido con arte, es algo perfecto. Esta visión teleológica de la Naturaleza tiene otra visión teleológica paralela, la del ser humano, cuyo fin es alcanzar el Bien Supremo, es decir, la Felicidad. Aristóteles dice que el hombre que produzca algo con arte, será feliz, pero no del todo, ya que para alcanzar la completa Felicidad tendrá que haber desarrollado plenamente todas sus facultades intelectuales.  







BIBLIOGRAFÍA

http://es.wikipedia.org/wiki/Alegor%C3%ADa_de_la_caverna
http://www.lainsignia.org/2002/abril/cul_002.htm
http://blogs.monografias.com/sistema-limbico-neurociencias/2009/12/24/el-mito-de-sisifo-y-la-gordura/

Enciclopedia del estudiante tomo 19 "Historia de la Filosofía", Editorial Santillana.

 




 

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